Post escrito por Marta Rodríguez alumna del Máster de Biotecnología molecular y celular de plantas.
Hoy en día todos somos conscientes del riesgo que conlleva para nuestra salud fumar, y es por esto por lo que el consumo de tabaco ha ido disminuyendo poco a poco en la población mundial a lo largo de los últimos años.
Sin embargo, no todo lo relacionado con el tabaco es negativo; también hay que mirar la otra cara de la moneda. No sé si te has parado a pensar en la cantidad de familias que viven gracias a los cultivares de tabaco. Y aunque la situación idílica sería acabar con las empresas tabaqueras y erradicar al 100% la población fumadora, ¿qué pasaría con todas estas familias que se quedarían sin trabajo?
¡Pues yo vengo a presentaros una opción en la que todos salimos ganando! Vamos a mantener la producción de tabaco y con ello el trabajo que se genera, pero vamos a darle otro uso no solo no perjudicial para la salud humana, sino además beneficioso.
Esto se basaría en aprovechar la alta capacidad que tienen las plantas de tabaco para producir determinados compuestos, siendo la nicotina el ejemplo que mejor conocerás, pero, como me dicen mis amigos, vamos a jugar a ser Dios: vamos a eliminar los genes de la planta que se encargan de producir estos compuestos y vamos a introducir aquellos genes que me permitan producir el compuesto que a mí me interese. ¿Se te ocurre alguno?
Antes de que te lo diga yo, te voy a ir dando pistas. Piensa en la situación que estamos viviendo ahora… emergencia sanitaria a nivel mundial… un virus… algo que ayude a eliminarlo… ¡Exacto! ¡Una vacuna! Podríamos dirigir la gran capacidad productora que tienen las plantas de tabaco o sus parientes cercanos, como Nicotiana benthamiana, para producir la vacuna frente a la COVID-19. Pues no somos a los únicos a los que se les ha ocurrido esta idea… la vacuna ya está en proceso, ¡y va por fase 3!
Pero claro, esto no es tan fácil y bonito como parece. Obtener cultivares transgénicos, como ya habrás oído, es un proceso que está excesivamente regulado, por lo que es difícil que nos lo aprueben. Además, inyectar en nuestro cuerpo de forma intravenosa algo producido en otro organismo puede desencadenar reacciones alérgicas, ¿no?
Parece que son muchos los problemas que nos surgirían, pero también os traigo la solución a todos ellos…
Por un lado, aumentar la bioseguridad de un cultivo transgénico es una característica muy interesante si quieres conseguir que te lo aprueben para su comercialización. La bioseguridad se puede conseguir al impedir que el polen de la planta transgénica se esparza a otras zonas donde no se está cultivando. Una vía para ello es eliminar las flores del tabaco, de forma que si no hay flores, no habrá polen.
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Esto además nos confiere otra ventaja, pues al no dirigirse a energía de la planta a la producción de flores y semillas, se dirige al crecimiento de sus hojas, aumentando la biomasa, de forma que nos permitirá producir una mayor cantidad del compuesto que nos interesa.
En el laboratorio estamos trabajando en esto al mutar el gen que se encarga del desarrollo de flores, son los llamados Flowering Locus T, ¡y mira qué resultados!, plantas de tabaco enormes, altísimas, y parece que no van a florecer nunca.
El otro inconveniente, el de causar reacciones alérgicas, se debe a que las proteínas, cuando se están “creando” dentro de la célula, se unen a unos azúcares específicos del organismo en el que se encuentre. Por ejemplo, las plantas tienen unos azúcares llamados xylosas que tú no tienes como mamífero. También hay otros azúcares, llamados fucosas, que aunque son comunes en ambos organismos, la posición en la que se encuentra unida a la proteína no es exactamente la misma, por lo que también nos puede dar problemas.
En el laboratorio lo que estamos haciendo es eliminar de la planta aquellos genes que se encargan de colocar estos azúcares en mi proteína de interés, que son los llamados Xylosil y Fucosil-transferasas.
Pero eso no es todo, porque claro, el objetivo ideal es tener un super tabaco que combine todas estas características que se están buscando, es decir, que la misma planta que no florezca produzca además proteínas que no sean alergénicas para nosotros. Es algo que requiere su tiempo, pero no nos va muy mal 🙂
¡Las familias tabaqueras de Extremadura están encantadas con esta alternativa que se les ha propuesto para poder seguir cultivando tabaco!
Muy buen post Marta!