El post de hoy es obra de José Antonio González Aguilar, alumno de la asignatura de comunicación científica del máster en biotecnología molecular y celular de plantas.
Lo primero de todo que me gustaría aclarar es que no soy tan osado como para cambiar los ingredientes de una comida tan tradicional y característica de España y, concretamente, de la región valenciana, o de inventar un nuevo tipo de arroz. Lo segundo que me gustaría aclarar es que no me he vuelto loco, sé que los tomates no contienen de azafrán, pero aquí es donde entra en juego la biotecnología, que es de lo que hemos venido a hablar en este post.
La única forma de obtener un tomate que produzca azafrán es mediante la obtención de un tomate transgénico, sí, ¡transgénico! No quería mencionar antes la palabra maldita para no espantar a los lectores debido a los prejuicios negativos que se tienen sobre los alimentos transgénicos. Mi intención con este post es mostrarles con un ejemplo de algo cotidiano que todo el mundo conoce, como es el azafrán, de cómo, mediante la biotecnología podemos producir este compuesto en un tomate, el cual mantendrá las propiedades que ya presentaba. No le saldrán piernas ni brazos, ni se convertirá en el “tomacco” de Los Simpsons que volvía adictos a los animales (al ser una mezcla de tomate y tabaco).
Antes de empezar con la explicación de cómo es posible realizar esto, me gustaría comentarles el por qué del azafrán, y no de otro compuesto diferente. Para ello debo ponerles en contexto sobre la situación del azafrán como producto. Es bien sabido que esta especia es realmente cara, y algo que puede que no conozcan es que la gran parte del azafrán que se vende en España (con la etiqueta de producido en España), realmente es importado de otros países como Irán, el cual es el principal exportador de esta especia. Pero este post no es una crítica hacia la importación o exportación de productos, como les comenté, aquí hemos venido a hablar de biotecnología en plantas.
El azafrán se obtiene de los estigmas, una parte de la flor, de la planta Crocus sativus, o para el resto de los mortales, simplemente azafrán. Se necesitan una gran cantidad de estigmas, cantidades de decenas de miles, para obtener algo menos de medio kilogramo, así que imagínense. Además, el cambio climático no ayuda para el cultivo de esta planta, ya que cada vez es mas complicado mantener éste en condiciones óptimas de rendimiento. Por eso, los científicos están buscando formas de producir azafrán en otras plantas, como los tomates.
Pero, ¿por qué están especial el azafrán? Bien, esto se debe a que éste contiene una serie de compuesto que presentan propiedades que son beneficiosas para la salud humana, como pueden ser los antioxidantes, los cuales están presentes en cantidad de alimentos y cada vez más, la gente se ha familiarizado con este término. Hay diversos estudios científicos que respaldan los beneficios en la salud humana y animal del consumo de azafrán. Estos compuestos que mencionaba que se encuentran en el azafrán reciben el nombre de apocarotenoides, y éstos proceden de los carotenoides. Probablemente, ya se hayan perdido o hayan desconectado al leer estas palabras tan como comunes, pero si les digo que algunos ejemplos de carotenoides son el licopeno, responsable del color rojo del tomate, el beta-caroteno, que le da el color naranja a la zanahoria, o la zeaxantina, que da color amarillo al maíz, posiblemente le resulten un poco más comunes y no algo solo y exclusivo de científicos.
Sabiendo todo esto, ¿cómo obtenemos un tomate que produzca azafrán, o mejor dicho, los compuestos (apocarotenoides) que tiene esta especia? Fácil, solo tenemos que introducir los genes de la planta del azafrán que sean los responsables en producir estos compuestos. Única y exclusivamente se utilizarán estos genes, por eso no es posible, como mencioné anteriormente, que al tomate le puedan salir piernas o pueda generar adicción, ya que lo único que harán estos genes, después de una serie de reacciones, será producir estos apocarotenoides a partir de un compuesto determinado que está en el fruto del tomate.
Este es un ejemplo simple de cómo mediante la tecnología, en este caso biotecnología, puede mejorarse las propiedades de un alimento común como es el tomate, con las propiedades de otro alimento, el azafrán en este caso, con el fin de reunir en un solo alimento los beneficios de ambos. Además, la producción del tomate es mucho más asequible que la del azafrán, al precio en el supermercado me remito. Volviendo a la cuestión inicial, sobre si es posible que un tomate que presente azafrán puede llegar a convertirse en un ingrediente para la paella tradicional, es algo que no ocurrirá, lógicamente, pero para aquellos más atrevidos es una idea interesante el hecho de que utilicen dos ingredientes empleando un único producto, siendo así más barato. Ya no parece una idea tan loca como lo era al principio del post.
Me parece una idea maravillosa!!! Yo compraría esos tomates con Azafran seguro!!!!
Muy completo el articulo. Seria interesante una columna sobre clovibactin.
muy interesante y aclaratorio
Gracias por la información me sirvió mucho
Ing. Juan Heriberto
Agroinfo – https://agronoblog.com