El post de hoy es obra de Damiano Ombrosi, alumno de la asignatura de comunicación científica del máster en biotecnología molecular y celular de plantas.
En cualquier comercio, en una reunión previa al inicio de la actividad, los directivos se hacen una pregunta muy concreta: «¿qué es más conveniente: producir o importar?, ¿cuánto deberíamos comprar y luego transportar?, ¿cuánto deberíamos producir aquí?». La respuesta a esta pregunta depende de varios factores externos a la empresa tales como los precios de los materiales, los sueldos, el mercado, etc.… Es de esperar que en función de la importancia de que le demos a cada uno de estos factores, el éxito de la empresa va a ser mayor o menor. ¿Pero sabéis qué? Sé que os puede parecer increíble, una mentira o ciencia ficción, pero durante el crecimiento y el desarrollo de las plantas pasa algo parecido, obviamente sin directivos que toman decisiones “racionales”. Para entenderlo mejor, primero os quiero presentar a los protagonistas de mi trabajo fin de máster: las auxinas.
Las auxinas son hormonas vegetales, o sea compuestos presentes en las plantas en muy pequeñas cantidades, que intervienen en la regulación de muchos de los procesos del crecimiento y desarrollo de las plantas, desde la elongación del tallo y la floración, hasta la formación de las raíces y el desarrollo de los frutos. Estos compuestos son capaces de participar en todos estos procesos mediante la formación de gradientes a lo largo de toda la planta, pero ¿a qué me refiero con gradientes? Pues básicamente son zonas, o incluso células individuales, que tienen concentraciones diferentes de auxinas respecto a las células de su alrededor, de forma que, según el gradiente formado en un punto concreto de la planta, se pondrá en marcha un determinado proceso vegetal.
La formación de varios gradientes se ha visto que es debida al transporte de auxinas a lo largo de toda la planta, desde las células que más auxinas sintetizan, o sea las células apicales del tallo y de la raíz y de las hojas jóvenes y de las yemas florales. Sin embargo, en los últimos años, se ha empezado a demostrar que para la generación y el mantenimiento de los gradientes de auxinas es de gran importancia también la biosíntesis local: en particular, se ha visto que la producción local de auxinas es necesaria para el correcto desarrollo de las plantas a lo largo de todas las etapas de crecimiento.
Pero, todo esto, ¿qué tiene que ver con los directivos y las decisiones que toman? Pues, las plantas, como es obvio, no tienen la capacidad de tomar decisiones racionales propiamente dichas, pero pueden reaccionar a estímulos externos mediante la regulación génica: una especie de directivo que permite desencadenar determinadas respuestas, en función de las necesidades de la planta. En efecto, cada estimulo externo causa el aumento o la represión de la actividad de los genes, es decir de la actividad de las unidades de información, contenidas en el ADN de los seres vivos, las cuales tienen cada una su propria función e intervienen en procesos distintos. En el ejemplo del principio del post, los genes actuarían como los directivos que, en función de los estímulos externos percibidos, toman decisiones para garantizar la continuación de las actividades de la empresa, o sea conseguir que la planta sobreviva.
Presentadas las protagonistas de mi TFM e introducida en línea general la regulación génica, la pregunta que os puede surgir de forma espontánea es ¿Cómo entran en todo esto los conceptos de producir o importar? Como ya he explicado antes, los gradientes de auxinas en las plantas se producen mediante el transporte de estas moléculas desde el lugar donde se sintetizan hasta las células donde van a actuar, y también mediante la producción en las células que las necesitan. En ambos casos, la formación del gradiente está controlada por la acción de determinados genes. Mientras que el transporte de auxinas se ha estudiado con gran detalle, la síntesis local de la hormona ha sido descrita recientemente. Por eso, en mi TFM estamos intentando descubrir qué genes están involucrados en la biosíntesis local de estas hormonas y cómo actúan en respuesta a determinados estímulos externos o simplemente comprender que instrucciones mandan a lo largo del día. En definitiva, queremos identificar a los directivos que son más propensos a producir localmente de forma que se pueda entender la importancia de este proceso sobre el éxito de la empresa.