Domingo Barettino In memoriam.

Por J. M. Mulet, el 10 diciembre, 2013. Categoría(s): Biomedicina • Domingo Barettino • Obituarios ✎ 6

Fue el pasado sábado, en mitad de un puente, cuando via e-mail me llegaba la terrible noticia del fallecimiento de mi compañero de departamento y además amigo, Domingo Barettino. Este año ha sido especialmente cruel en mi entorno laboral. En este periodo han faltado Enrique Pérez-Payá, investigador del CIPF y profesor del máster de biomedicina de la politécnica, Gonzalo Cuesta, compañero de departamento, aunque del área de Microbiología y ahora Domingo.

 

Le conocí hace casi 15 años cuando yo empezaba la tesis y el acaba de sacar la plaza para el recién creado instituto de Biomedicina de Valencia. Tan recién creado estaba que el edificio donde iba a instalarse todavía no estaba operativo, por lo que tuvo que instalarse provisionalmente en el IBMCP. Un poco surrealista que en un instituto de biología molecular de plantas tuviéramos un grupo que trabaja en células animales, pero así funciona la ciencia en España. Al ser amigo de mi director de tesis, prácticamente se integró en nuestro grupo de investigación, participando en los seminarios y compartiendo la comida diaria y numerosas celebraciones. Finalmente se acabó su instituto y se instaló en su destino definitivo. No obstante, la implantación de la carrera de biotecnología y el máster de biotecnología biomédica obligó a reclutar profesorado con expertise en biomedicina, por lo que sacó la plaza de asociado poco tiempo antes que yo mismo la sacara, por lo que pasamos de ser compañeros de laboratorio a compañeros de departamento.  Y era de los que cumplía, de los que no trataba de dar menos clases de las que le correspondía, ni delegarlas en nadie ni de hacer que nadie le prepara las prácticas.

 

La última vez que coincidimos fue como un revival de los años mozos. Compartiendo mesa en una boda. Por lo menos recordaré las risas que compartí ese día con él, su esposa y sus dos hijas.

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No me siento capaz de escribir nada mejor en estos momentos, pero hay quien lo ha hecho. Reproduzco el obituario que ha escrito Ramón Serrano.

 

OBITUARIO

Adiós y elogio de Domingo Barettino (1959-2013)

El viernes 6 de diciembre de 2013 falleció en Godella (Valencia),  a los 54 años de edad, Domingo Barettino Fraile, investigador del Instituto de Biomedicina  de Valencia (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y profesor del Departamento de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia.

Resulta cruel que cuando la esperanza de vida en la España actual es de 82 años, un investigador dedicado a la biomedicina, a la aplicación de la Biología Molecular a la mejora de la salud humana, muera tan joven.

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Domingo tiene el honor de haber hecho y enseñado una ciencia honrada y sólida, de no haber prometido falsas curaciones con células madre o nuevos fármacos como ocurre todos los días en el campo de la biomedicina, un campo en donde además proliferan los resultados no reproducibles (1) que él nunca publicó. Sus trabajos sobre el mecanismo de la diferenciación del sistema nervioso inducida por vitamina A (a través de su conversión a ácido retinoico) permanecerán y ayudarán a explicar la urgente necesidad de que se apruebe el cultivo del “arroz dorado”, el arroz transgénico con beta-carotenos (precursores de vitamina A) que evitaría los terribles efectos de la falta de esta vitamina y hormona en el desarrollo de los niños en muchos países del tercer mundo.

Desde hacía tiempo Domingo sabía que su salud le estaba abandonando y resistió dignamente hasta el embate final. Si el alma existiera, la suya estará ya en el cielo. Y su cierto recuerdo perdurará en la tierra donde todos le queríamos.

 

Referencia

(1) Hoh J: F1000Prime Recommendation of [Johnson VE, Proc Natl Acad Sci U S A 2013,110(48):19313-7]. In F1000Prime, 18 Nov 2013; DOI: 10.3410/f.718170771.793486649. F1000Prime.com/718170771#eval793

 

Ramón Serrano, Instituto de Biologia Molecular y Celular de Plantas y Departamento de Biotecnología, Universidad Politécnica de Valencia.

 

Valencia, 8 de diciembre de 2013

 

No me queda nada más que decir, al margen de enviar un fuerte abrazo a su esposa e hijas. Hasta siempre Domingo.



6 Comentarios

  1. Esto ha sido terrible. El laboratorio de Domingo es el de al lado del nuestro, con ellos compartimos sala de cultivos, cafés, en fin, prácticamente todo. Además los pocos compañeros que comemos algo más pronto coincidíamos con él en el comedor, siempre con su sempiterno sándwich y refresco y el periódico del día. Hace apenas unas semanas vino a comentarme una noticia de ciencia estrafalaria que había leído, para ver si yo «tú que estás al tanto de estas cosas», dijo, había leído algo al respecto. A raíz de aquello empecé un post para el blog que pensaba darle a leer, algo que ya nunca podrá suceder. El post está en borradores, sólo me resta terminar de escribirlo y publicarlo como homenaje póstumo, pero me da mucha pena.

    Siempre se suele decir cosas buenas de los que nos dejan, pero no lo diría si no fuese cierto (bastaría con no dejar ningún comentario): Domingo era un ejemplo para investigadores, jefes, alumnos, profesores… en fin, para todos. Tan honesto, educado y amistoso como riguroso. Recuerdo el año que me vino a pedir que diese un seminario para el centro con sólo cuatro días de antelación, en plan apurado. Acepté, y me lo agradeció tan efusivamente y desde entonces se portó tan amablemente conmigo, que son esa clase de gestos que recuerdas siempre. Y piensas «qué tranquilo sería el mundo con más gente así de educada y sencilla». Pues nada, el mundo ahora es un poco menos tranquilo.

    Gracias por publicar este post, me ha servido para desahogarme un poco y dedicarle unas palabras a su memoria. Un abrazo para todos los que lo conocisteis íntimamente.

  2. Domingo fue mi director de tesis. Yo fui su primera becaria así que los dos íbamos de novatos. Sin embargo, recuerdo esos años como los más felices de mi vida. Juntos inauguramos el flamante Instituto de Biomedicina de Valencia, hicimos una pandilla estupenda y me enseñó día a día con una paciencia infinita y una sabiduría que años más tarde le llevaría a ser profesor, a amar la ciencia y a que ahora quince años más tarde siga dedicándome a ella con la misma ilusión que el primer día. Gracias Domingo: por todo lo que me has enseñado, por tu peculiar sentido del humor, por darme la oportunidad de conocer tu querido Heidelberg y por el cariño que pese a la distancia siempre me has demostrado. Hasta siempre.

  3. Disfrute mi beca postdoctoral bajo la direccion de Domingo, primero en el IBMCP y luego en el IBV. Durante ese tiempo compartimos embarazo, yo de mi primera hija y su mujer de la de ambos. Unos años por tanto muy importantes en nuestras vidas. 17 años despues seguiamos colaborando con nuestras investigaciones y recuerdo la tarde que nos hicimos la foto que aparece en este post, fue la primavera pasada en el jardin de Pilar despues de corregir los resultados para publicar un articulo. Una foto del grupo para la posteridad dijimos… Y asi fue….. Te vamos a echar mucho de menos Domingo.

  4. Mi mas sentido pésame por la pérdida de Domingo, un buen hombre y un buen científico. Le conocí estando de postdoc en EMBL y desde entonces siempre que nos hemos vuelto a ver ha sido como si nunca hubiéramos dejado de vernos. Conversador infatigable y ameno, de buen humor y excelente persona.
    Mi más sentido pésame para Ana y su familia.
    Hasta siempre!

    Jordi

  5. Aún no me hago a la idea de su muerte. Sé que siempre se elogia a los que nos han dejado, pero en el caso de Domingo es que es de rigurosa justicia porque unía a su hombría de bien y a su rigor en el trabajo una bondad que raramente se dan juntas. También me llamó la atención su insobornable honradez en un tiempo en el que, sin llegar al grado de corrupción que ahora hay, ya empezaban a conocerse algunos casos de fraude en nuestro campo y que le escandalizaban: una lástima, porque ya casi nadie se escandaliza de tanto como menudean. Y más lástima aún que los justos como Domingo vayan desapareciendo y no se vea un recambio de esa calidad.

    Vayan mis sentimientos para su familia y en particular sus hijas.

    Antonio.

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