El post de hoy es obra de Joan Jordà, alumno de la asignatura de comunicación científica del máster en biotecnología molecular y celular de plantas.
Probablemente, cuando se piensa en los primeros organismos que poblaron la superficie terrestre de nuestro planeta nos vienen a la cabeza organismos con formas parecidas a peces mutantes con capacidad de sobrevivir a las condiciones fuera del agua. Lo cierto es que mucho antes de la aparición de los vertebrados, ya existían muchos otros organismos en los ecosistemas terrestres, entre ellos se encuentran las plantas hepáticas, auténticos fósiles vivientes que descendieron de las algas verdes hace aproximadamente 500 millones de años. Un ejemplo de estas plantas es Marchantia polymorpha.
Esta planta, por insignificante que parezca es de gran utilidad para los científicos, ya que les sirve de modelo para ver y estudiar cómo eran las primeras plantas terrestres, así comparando con plantas de cultivo de hoy en día (plantas vasculares), se podrá observar si los mecanismos de acción de acción de ambas plantas está conservado a lo largo del proceso evolutivo.
En lo que consiste nuestra investigación es en descubrir qué factores de transcripción regulan la adaptación de las plantas a luz y temperatura, y ahora os estaréis preguntando qué son los factores de transcripción, pues bien, aprovechando un símil del libro El gen egoísta, si comparamos el DNA como un libro de instrucciones el cual ordena todas las funciones de la planta, y los genes las páginas de éste libro, los factores de transcripción son proteínas que activan o desactivan los genes de la planta, es decir son proteínas encargadas de abrir o cerrar la página de este libro de instrucciones en el momento y lugar adecuado de la planta, actuando como interruptores que controlan la expresión de los genes.
Estos factores de transcripción son como los directores de orquesta de cualquier organismo, y existen múltiples factores de transcripción diferentes, los cuales se encargan de regular qué genes se expresan y en qué cantidad.
Además de esto, también estamos investigando si estos procesos están conservados evolutivamente, es decir, si los mecanismos de integración de la luz y temperatura son iguales en este tipo de plantas primitivas y en plantas vasculares, las cuales son más recientes en la superficie terrestre ya que aparecieron hace “solamente” unos 420 millones de años. Dentro de las plantas vasculares se encuentran todas las plantas que se cultivan para provecho humano.
Aunque a simple vista el estudio de estas plantas no te parezca que presente ninguna aplicación biotecnológica, la realidad es que el estudio de estos mecanismos en plantas hepáticas puede ayudarnos a comprender mejor como las plantas responden ante ciertos estímulos externos. Una vez comprendidos cómo funcionan estos mecanismos, este conocimiento puede ser aplicado al desarrollo de cultivos más resistentes ante condiciones adversas.
Además, investigar estas plantas tan poco estudiados puede ayudar al descubrimiento de nuevos compuestos bioactivos que no esté presente en plantas vasculares y que sean de gran utilidad para la industria farmacéutica o alimentaria.